
Las 35 cascadas en España que debemos ver al menos una vez
Las cascadas son una de las formaciones naturales más impresionantes que podemos encontrar. Y en España, país con un paisaje sorprendente, podemos visitar una gran cantidad de saltos de agua de gran belleza.
Además de esa belleza intrínseca de las cascadas, el sonido del agua y el frescor del aire que se respira en sus cercanías tienen un efecto relajante y rejuvenecedor en el cuerpo y la mente.

Si eres un amante de la naturaleza y quieres disfrutar de la belleza de las cascadas, aquí te presentamos algunas de las más famosas y espectaculares de España.
Y si queréis completar la información con más cascadas que merecen una visita, recomendamos descargar la app de España Turismo.
Contenido
- 1 Mapa con las cascadas de España
- 2 Las cascadas más espectaculares de España
- 2.1 Cascadas del Monasterio de Piedra (Zaragoza)
- 2.2 Salto del Nervión (Álava)
- 2.3 Cascada de Colores (La Palma)
- 2.4 Cascada del Ézaro (A Coruña)
- 2.5 Cascada Pozo de los Humos (Salamanca)
- 2.6 Nacedero del Urederra (Navarra)
- 2.7 Cascadas de Puente Ra (La Rioja)
- 2.8 Chorreras de Despeñalagua (Guadalajara)
- 2.9 Cascada de Orbaneja del Castillo (Burgos)
- 2.10 Cascadas de la Tobería (Álava)
- 2.11 Cascada del Peñón (Burgos)
- 2.12 Cascada de la Cimbarra (Jaén)
- 2.13 Cascada Cola de Caballo (Huesca)
- 2.14 Cascada de San Miguel (Burgos)
- 2.15 Cascada de Artazul (Navarra)
- 2.16 Cascadas de Tobera (Burgos)
- 2.17 Cascada de El Bolao (Cantabria)
- 2.18 Cascada de Peñaladros (Burgos)
- 2.19 Cascada de Abelón (Zamora)
- 2.20 Cascada de Belaustegi (Bizkaia)
- 2.21 Cascadas de las Lagunas de Ruidera (Albacete y Ciudad Real)
- 2.22 Cascadas del Aljibe (Guadalajara)
- 2.23 Cascada de Gujuli (Álava)
- 2.24 Los Pilones (Cáceres)
- 2.25 Cascada de La Mea (Burgos)
- 2.26 Cascada del río Barosa (Pontevedra)
- 2.27 Cascadas de Lamiña (Cantabria)
- 2.28 Cascada del Pozo de las Truchas (Soria)
- 2.29 Cascada del Cinca (Huesca)
- 2.30 Cascadas de Oneta (Asturias)
- 2.31 Cascadas del río Cifuentes (Guadalajara)
- 2.32 Nacimiento del río Asón (Cantabria)
- 2.33 Cascada de Sorrosal (Huesca)
- 2.34 Caldeiras do Castro (A Coruña)
- 2.35 Salt del Mir (Barcelona)
Mapa con las cascadas de España
Cascada del Peñón
Cascada de La Mea
Cascadas del Cinca
Cascada de Orbaneja del Castillo
Cascada de Peñaladros
Cascada de San Miguel
Cascadas de Tobera
Salto del Nervión
Cascada de Artazul
Cascadas de Puente Ra
Cascadas de la Tobería
Cascada Pozo de los Humos
Cascada de la Cimbarra
Cascada del Ézaro
Cascada de Colores
Cascada de Abelón
Cascada de El Bolao
Los Pilones
Cascadas de las Lagunas de Ruidera
Cascadas de Oneta
Cascadas del Aljibe
Cascada del Pozo de las Truchas
Chorreras de Despeñalagua
Cascada del río Barosa
Cascadas del río Cifuentes
Nacimiento del río Asón
Cascada de Sorrosal
Cascada de Cola de Caballo
Cascadas del Monasterio de Piedra
Caldeiras do Castro
Salt del Mir
Salt del Mir
Cascada de Gujuli
Cascada de Belaustegi
Cascadas de Lamiña
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Las cascadas más espectaculares de España
Cascadas del Monasterio de Piedra (Zaragoza)



Salto del Nervión (Álava)



Situado en el límite entre Álava y Burgos, el Salto del Nervión ostenta el título de la cascada más alta de España, con sus imponentes 222 metros de altura. Para llegar hasta la cascada hay que recorrer aproximadamente 3 kilómetros desde el aparcamiento más cercano, siguiendo senderos bien señalizados.
Lo más sorprendente es que, aunque su cauce permanezca seco durante la mayor parte del año, el Salto del Nervión sigue siendo uno de los lugares más bonitos de España. La panorámica desde el mirador es sencillamente espectacular, especialmente cuando la cascada está en todo su esplendor durante el deshielo de primavera o después de intensas lluvias. En otras épocas, el salto se transforma en un acantilado majestuoso que invita a contemplar la grandeza de la naturaleza.
Personalmente, cada vez que lo visito me impresiona su magnitud y su entorno, y no me importa si lleva agua o no. Desde el mirador, se puede disfrutar de unas vistas infinitas que abarcan los valles y montañas cercanas, un escenario que invita a desconectar del mundo y dejarse maravillar por el paisaje.
Cascada de Colores (La Palma)



Si buscas la cascada más bonita de las islas Canarias, tienes que conocer la Cascada de Colores, en la espectacular Caldera de Taburiente, en La Palma. Esta maravilla no solo es impresionante por su entorno, sino por el espectáculo de colores que ofrece cuando el riachuelo lleva agua. Lo que más me impactó fue, precisamente, ver cómo el musgo y los minerales teñían la roca, formando un espectáculo de colores vivos que parecía sacado de un cuadro surrealista.
Para llegar a esta cascada tienes que caminar aproximadamente 8 kilómetros desde el Barranco de las Angustias, en una ruta que no solo te regala la vista con paisajes espectaculares, sino que también te permite sentirte parte de la naturaleza. La ruta es moderada, y aunque requiere cierto esfuerzo, el premio al final del camino es inigualable. Es imposible no detenerse y sacar mil fotos, aunque ninguna le hace justicia a esos colores tan intensos.
No exagero cuando digo que esta es, sin duda, la cascada más espectacular de las Islas Canarias. Si tienes suerte de visitarla en época de lluvias, podrás ver su colorido en su máximo esplendor. Eso sí, prepárate para mojarte un poco y lleva buen calzado, porque el terreno puede ser resbaladizo, especialmente cuando el riachuelo está activo. Pero, créeme, vale totalmente la pena.
Cascada del Ézaro (A Coruña)



Ubicada en la parroquia de Ézaro, en el municipio de Dumbría (A Coruña), la Cascada del Ézaro es un espectáculo natural único en Europa: el río Xallas se precipita directamente al océano Atlántico desde una altura de 40 metros. Este fenómeno, enmarcado por las laderas graníticas del Monte Pindo, ofrece una estampa impresionante que combina montaña y mar en un mismo paisaje.
La Cascada del Ézaro, con su singularidad y entorno privilegiado, se consolida como una de las cascadas más bonitas de Galicia, siendo un destino imprescindible para quienes buscan conectar con la majestuosidad del paisaje gallego.
El acceso a la cascada es sencillo y está bien señalizado. Desde el aparcamiento cercano, un paseo de aproximadamente 500 metros conduce a la base de la cascada, donde se puede sentir la fuerza del agua y disfrutar de la brisa marina. Además, el Mirador de Ézaro, situado a 274 metros de altitud, ofrece una vista panorámica de la desembocadura del río.
Recomiendo visitarla al atardecer, cuando la luz del sol tiñe de tonos anaranjados las rocas que rodean la cascada, creando un ambiente aún más espectacular. Este momento del día realza la belleza del lugar y ofrece una experiencia inolvidable para los amantes de la naturaleza y la fotografía.
Cascada Pozo de los Humos (Salamanca)



Ubicada en el Parque Natural de Arribes del Duero, entre los municipios de Masueco y Pereña de la Ribera, la cascada del Pozo de los Humos es una de las joyas naturales más impresionantes de Salamanca. Con una caída de aproximadamente 50 metros, las aguas del río Uces se precipitan al vacío, creando una densa niebla o “humo” que da nombre al lugar.
El acceso a la cascada es posible desde ambas localidades. Desde Masueco, una ruta de unos 3 kilómetros (ida y vuelta) lleva a un mirador situado por encima de la cascada, ofreciendo una vista cercana y envolvente. Por otro lado, desde Pereña de la Ribera, un sendero de aproximadamente 4 kilómetros (ida y vuelta) conduce a un mirador frontal, brindando una panorámica completa del salto de agua y su entorno.
La mejor época para visitar el Pozo de los Humos es durante los meses de diciembre a mayo, cuando las lluvias aumentan el caudal del río Uces, realzando la espectacularidad de la cascada.
Hay quienes, dejándose llevar por el entusiasmo, llegan a comparar esta cascada con las mismísimas Cataratas del Niágara. Y no es para menos: la fuerza con la que el agua se desploma y la niebla que envuelve el entorno crean una atmósfera mágica y sobrecogedora.
Cascadas de Puente Ra (La Rioja)



Si hay algo que me encanta en La Rioja, es perderme por sus senderos y descubrir rincones espectaculares como las Cascadas de Puente Ra. Estas cascadas, situadas en la Sierra Cebollera, son sin duda una de las joyas naturales más impresionantes de la región.
Se encuentran a unos 5 km de Villoslada de Cameros, y para llegar a ellas hay que hacer una caminata de unos 6 km ida y vuelta. El camino es sencillo, ideal para disfrutar del paisaje, con tramos de bosque de pinos y hayedos que te envuelven en plena naturaleza.
Déjame decirte que el otoño es la mejor época para ver estas cascadas. Los colores rojizos y ocres de las hojas se mezclan con el sonido del agua, creando un ambiente mágico. Además, tras las lluvias de la temporada, el caudal de las cascadas está en su máximo esplendor.
Lo que más me sorprendió la primera vez que las vi fue el contraste entre el bosque y el sonido del agua recorriendo el valle. No hay nada como sentarte cerca de las cascadas y sentir cómo el agua salpica y refresca el ambiente. Es un lugar perfecto para desconectar y recargar energías.
Chorreras de Despeñalagua (Guadalajara)



Ubicadas en la Sierra Norte de Guadalajara, las Chorreras de Despeñalagua se erigen como una de las cascadas más impresionantes del centro de España. Con una caída escalonada de aproximadamente 120 metros, este conjunto de saltos de agua se forma en el arroyo de la Chorrera, afluente del río Sorbe, y se encuentra en las faldas del emblemático Pico Ocejón.
El acceso a las chorreras es sencillo y apto para todos los públicos. Desde la pintoresca localidad de Valverde de los Arroyos, reconocida por su arquitectura negra, parte un sendero de apenas 2 kilómetros que conduce directamente a la base de la cascada. A lo largo del camino, los visitantes pueden disfrutar de un paisaje que combina huertos tradicionales, castañares y nogales, reflejo de la rica biodiversidad de la zona.
Las Chorreras de Despeñalagua son una de esas cascadas de visita obligada en el centro de España, tanto por su belleza como por el entorno que las rodea. La mejor época para visitarlas es durante la primavera, cuando el deshielo y las lluvias aumentan el caudal del arroyo, ofreciendo un espectáculo natural en su máximo esplendor.
Cascada de Orbaneja del Castillo (Burgos)



Situado a poco más de 80 km al norte de la ciudad de Burgos, llegar hasta aquí merece la pena. No hay duda de que si visitas las Merindades, un punto que no puedes perderte es la Cascada de Orbaneja del Castillo. Este lugar te cautiva por su belleza natural, el río parte por la mitad el pueblo y acaba formando un precioso salto de agua que, literalmente, te deja sin aliento.
Lo curioso es que la cascada se puede admirar perfectamente desde la misma carretera. De hecho, podría decir que es el mejor lugar para verla, ya que desde aquí se tiene una vista privilegiada del salto de agua que desciende con fuerza.
Después de disfrutar de la cascada, callejea por el casco histórico de Orbaneja del Castillo, declarado Conjunto Histórico en el año 1993. Es un rincón que mantiene su esencia y que transmite historia en cada esquina.
Y aún hay más: el río que divide en dos el pueblo y crea este espectáculo natural sale a la superficie en la Cueva del Agua, situada en la parte alta del pueblo. Desde allí, el agua brota y desciende rápidamente por el caserío, hasta llegar al famoso salto.
Cascadas de la Tobería (Álava)



Si alguna vez has pensado en descubrir una de las cascadas más bonitas de Euskadi, las Cascadas de la Tobería, en Andoin (Álava), son la elección perfecta. Situadas a apenas 2 kilómetros del pueblo, la ruta de senderismo hasta estas cascadas es un espectáculo en sí misma. El trayecto, aunque suela tener mucho barro, es fácil, ideal para disfrutar de un plan de una mañana completa en plena naturaleza.
Os aseguro que esta cascada es imprescindible en una visita en primavera a Álava. El deshielo y las lluvias primaverales convierten este paraje en un auténtico festival de agua y color. A medida que caminas por el sendero, vas descubriendo pequeños saltos de agua.
Además, el camino hacia la cascada es perfecto para familias o para quienes buscan una ruta tranquila. Los senderos están bien señalizados y el recorrido es de unas 2 horas (ida y vuelta), permitiendo disfrutar del paisaje sin prisas.
No es casualidad que muchos consideren las Cascadas de la Tobería como una de las joyas naturales del País Vasco. La combinación de belleza escénica, accesibilidad y el ambiente relajado hacen de este lugar una visita obligatoria.
Cascada del Peñón (Burgos)



Si quieres disfrutar de un espectáculo natural sin igual, tienes que visitar la Cascada del Peñón, en Pedrosa de Tobalina, Burgos. Esta maravilla del norte de la provincia te recibe con una imagen imponente, especialmente en época de lluvias, cuando el espectáculo es impresionante, con los casi 100 metros de longitud de cauce del río ocupados por el agua.
Lo mejor es que esta cascada está situada a solo unos pasos del pueblo, prácticamente accesible para todos. Caminando apenas unos metros desde el centro de Pedrosa de Tobalina, te encuentras con una pared de agua que cae con fuerza sobre un lecho rocoso, creando una bruma fresca que te hace sentir en plena naturaleza.
La caída tiene alrededor de 12 metros, pero lo que realmente impacta es su anchura. La vista es especialmente espectacular después de días lluviosos, cuando el río lleva más caudal y la cortina de agua es aún más impresionante.
Cascada de la Cimbarra (Jaén)



Aunque el caudal era escaso en mi visita, la belleza de esta cascada me impresionó tanto que la considero entre las más espectaculares de España. Situada a apenas 2 km del pueblo jiennense de Aldeaquemada, dentro del Parque Natural de Despeñaperros, la Cascada de la Cimbarra es un verdadero espectáculo geológico escondido entre formaciones de cuarcita y bosque mediterráneo.
El acceso es fácil: desde el pueblo hay indicaciones claras hasta un aparcamiento cercano, desde el cual solo hay que caminar unos 10 minutos para llegar al mirador principal. Si te animas a bajar hasta la base, prepárate para un pequeño tramo de sendero entre piedras y vegetación, que bien vale la pena por las vistas desde abajo. La caída de agua, de unos 20 metros, forma una poza natural que invita a quedarse largo rato observando.
A pesar de haberla visto en época de poca agua, el contraste del acantilado rojizo con la vegetación y el cielo despejado es hipnótico. Además, en los alrededores se pueden visitar otras cascadas como el Negrillo y el Cimbarrillo, lo que convierte la zona en una ruta perfecta para una jornada completa de naturaleza y caminata suave.
Cascada Cola de Caballo (Huesca)



Pocos lugares en el mundo pueden compararse con la belleza del valle de Ordesa, un paraje salpicado de pequeños saltos de agua que culmina en la impresionante cascada de Cola de Caballo, una de las cascadas más bonitas de los Pirineos.
El recorrido comienza en la famosa Pradera de Ordesa, situada a unos 1.300 metros de altitud. Desde allí, la ruta hasta la cascada recorre aproximadamente 17 km (ida y vuelta) con un desnivel moderado que, aunque largo, resulta accesible para senderistas con un mínimo de forma física. A lo largo del camino, se atraviesan hayedos y abetos majestuosos, se bordean las Gradas de Soaso y se cruzan ríos de aguas cristalinas, todo enmarcado por el imponente circo glaciar del valle.
El sonido del agua acompaña todo el trayecto, y cuando finalmente se alcanza la Cola de Caballo, a más de 1.800 metros de altitud, el esfuerzo queda completamente recompensado. Esta cascada, con su elegante caída en forma de cola de caballo, se precipita con fuerza desde un resalte rocoso, en un entorno de postal rodeado de paredes verticales y praderas alpinas.
La ruta es especialmente mágica en primavera y verano, cuando el deshielo alimenta con fuerza la cascada, pero también se puede disfrutar en otoño por la paleta de colores que tiñen el bosque.
Cascada de San Miguel (Burgos)



Cascada de Artazul (Navarra)



Enclavada en el impresionante Valle de Ollo, a tan solo 30 km de la ciudad de Pamplona, se encuentra la asombrosa cascada de Artazul. Con una caída de aproximadamente 40 metros, esta majestuosa cascada se erige como un monumento natural imponente y fascinante que no debes perderte.
La Cascada de Artazul se encuentra a poco más de 1 km del aparcamiento del nacedero de Arteta, lo que la convierte en una parada obligatoria para todos los amantes de la naturaleza. Después de un breve paseo desde el aparcamiento, te sumergirás en un entorno mágico, donde el sonido del agua cayendo y la energía que se desprende de esta maravilla natural te envolverán por completo.
Si eres un apasionado de la fotografía, la cascada de Artazul te brindará innumerables oportunidades para capturar imágenes impresionantes. La combinación del agua en cascada, el entorno verde y los juegos de luces y sombras crearán composiciones únicas que serán un tesoro en tu álbum de recuerdos.
Además de su belleza escénica, la cascada de Artazul ofrece un espacio ideal para desconectar y relajarse en plena naturaleza. Siéntate en un lugar estratégico cerca de la cascada y déjate cautivar por el espectáculo acuático y la sensación de paz que transmite.
Cascadas de Tobera (Burgos)



Cascada de El Bolao (Cantabria)



Visitar la Cascada de El Bolao es, sin duda, una de esas experiencias que se graban para siempre en la memoria. Ubicada en el municipio de Alfoz de Lloredo, esta cascada destaca por algo único: el agua cae directamente al mar, formando un espectáculo natural que parece sacado de una postal.
La primera vez que estuve allí, supe que estaba ante algo especial. Una de las maravillas naturales que más me han impresionado en Cantabria. La combinación del sonido del agua, el paisaje abrupto del acantilado y el océano como telón de fondo crea una atmósfera mágica, especialmente al atardecer.
El acceso es sencillo. Desde Cóbreces o Toñanes, se puede llegar en coche hasta un aparcamiento cercano, y desde allí solo queda un corto paseo. Al acercarte, el sonido del agua te va envolviendo hasta que te encuentras frente a un espectáculo natural: el agua del arroyo de Bolao descendiendo por la antigua estructura del molino y cayendo en un salto de varios metros, justo sobre las rocas que bordean el mar.
El contraste del verde de los prados, el azul del mar y el blanco de la espuma que se forma al romper las olas hace que sea un lugar que parece de otro mundo. Si puedes visitarlo en época de lluvias, cuando el caudal del agua es mayor, el espectáculo es aún más impresionante.
Cascada de Peñaladros (Burgos)



Situada en el Valle de Mena, al norte de la provincia de Burgos, la Cascada de Peñaladros es una joya natural que cautiva a quienes la visitan. Situada a tan solo 500 metros de la pequeña localidad de Cozuela, se accede a ella mediante carreteras secundarias que atraviesan paisajes verdes y montañosos. El trayecto desde Cozuela hasta la cascada es de aproximadamente 2 kilómetros, una caminata sencilla y apta para toda la familia.
La cascada, formada por las aguas del río San Miguel, presenta una caída de unos 13 metros. Lo que más impresiona es el entorno que la rodea: un pozo de aguas esmeralda, vegetación exuberante y una tranquilidad que invita a la contemplación.
Recuerdo la sensación de placer al sumergir los pies en el agua mientras contemplaba la cascada frente a mí. Ese momento de conexión con la naturaleza, el sonido del agua cayendo y la frescura del entorno, hacen de Peñaladros un lugar único para desconectar del bullicio diario.
Cascada de Abelón (Zamora)



A veces, las mejores sorpresas se encuentran donde menos lo esperas. Visitando esta cascada, me di cuenta de que aún existen maravillas naturales increíbles que, sorprendentemente, siguen siendo desconocidas para la mayoría. La cascada de Abelón, situada en la comarca de Sayago, provincia de Zamora, es uno de esos tesoros ocultos que te dejan sin aliento.
Para llegar a este rincón, debes dirigirte al pequeño pueblo de Abelón, a unos 38 km de Zamora capital. Desde el pueblo, comienza una ruta de senderismo de aproximadamente 7,4 km, que te lleva a través de paisajes típicos de los Arribes del Duero: muros de piedra seca, encinas y almendros.
Esta ruta es ideal para realizar entre octubre y junio, cuando las lluvias aseguran un caudal abundante en la cascada. Además, es apta para toda la familia, siempre que se tomen las precauciones necesarias, especialmente en el descenso hacia la base de la cascada, donde el terreno puede estar resbaladizo.
Si buscas una experiencia auténtica y alejada de las rutas turísticas habituales, la cascada de Abelón es, sin duda, una de las cascadas más desconocidas y bonitas de Castilla y León.
Cascada de Belaustegi (Bizkaia)



Si buscas una escapada única en el interior de Bizkaia, te aseguro que la Cascada de Belaustegi no tiene rival. Situada en el Parque Natural de Gorbea, esta joya natural se encuentra a menos de un kilómetro del aparcamiento de Belaustegi. La ruta es ideal para aventureros, con una caminata corta en tiempo por senderos nada señalizados y rodeados de la exuberante vegetación que caracteriza a esta zona.
Lo mejor de todo es que al final del camino te encuentras con esta maravilla: una cascada de aproximadamente 30 metros de altura, rodeada de una frondosa vegetación que parece sacada de un cuento. El sonido del agua al caer y el frescor del entorno son simplemente hipnotizantes, y no exagero cuando digo que esta es la cascada más bonita del Parque Natural de Gorbea.
Cascadas de las Lagunas de Ruidera (Albacete y Ciudad Real)



Cascadas del Aljibe (Guadalajara)



Situadas en la Sierra Norte de Guadalajara, cerca del pintoresco pueblo de Roblelacasa, estas cascadas son uno de los secretos mejor guardados de Castilla-La Mancha y, para muchos, las cascadas más bonitas de Guadalajara.
Siendo un poco cursi, estas cascadas me enamoraron, su belleza era tan grande que me habría quedado horas admirándolas.
La ruta comienza en Roblelacasa y es de unos 6 km en total (ida y vuelta), por senderos bien marcados entre jaras, brezos y robledales. Es un recorrido fácil, ideal para una escapada de medio día, que va ganando encanto conforme se desciende hacia el cauce del arroyo del Soto.
Cuando por fin se abre el paisaje y aparecen las cascadas, el impacto visual es absoluto. Dos saltos de agua superpuestos caen en una poza natural rodeada de vegetación, rocas y silencio. El entorno invita al descanso, al picnic y, en días cálidos, incluso al baño. Aunque no es una cascada especialmente alta, su forma escalonada, el entorno salvaje y la pureza del agua la convierten en un lugar de postal.
Visitarla en otoño o primavera es lo más recomendable, cuando el caudal es más generoso y los colores del paisaje realzan aún más la experiencia.
Cascada de Gujuli (Álava)



Ubicada en el municipio de Urkabustaiz, a unos 30 kilómetros al noroeste de Vitoria-Gasteiz, la Cascada de Gujuli (también conocida como Goiuri) es una de las joyas naturales más impresionantes de Álava. Con una caída vertical de más de 100 metros, este salto de agua se forma por el arroyo Oiardo, que se precipita desde un escarpe calizo en el Parque Natural de Gorbeia.
El acceso a la cascada es sencillo y apto para todos los públicos. Desde el aparcamiento señalizado en la carretera A-2521, un camino de aproximadamente 500 metros conduce al mirador habilitado, desde donde se puede contemplar la espectacular caída de agua.
La mejor época para visitar la Cascada de Gujuli es durante la primavera y el otoño, cuando el caudal del arroyo Oiardo es más abundante debido a las lluvias y al deshielo. En verano, el flujo de agua puede disminuir considerablemente.
Los Pilones (Cáceres)



Cascada de La Mea (Burgos)
Si eres amante de la naturaleza, no puedes dejar pasar la oportunidad de visitar la Cascada de La Mea. Ubicada cerca de Puentedey, en el norte de Burgos, esta cascada es uno de esos rincones que sorprenden por su belleza y tranquilidad.
Ruta imprescindible cuando se visita Puentedey, es perfecta para los que buscan desconectar y disfrutar de paisajes únicos. Lo mejor es que el recorrido es accesible y relativamente corto, lo que permite disfrutar tanto del entorno como del espectacular salto de agua sin necesidad de grandes esfuerzos.
Quedé fascinado por cómo el agua cae desde una gran altura, creando una cortina blanca que contrasta con el color del entorno. Dependiendo de la época del año, especialmente en primavera o tras lluvias, el caudal es impresionante y el espectáculo se intensifica.
Desde Puentedey, basta con seguir una ruta de aproximadamente 2 km. También se puede dejar el coche en un pequeño aparcamiento junto a la carretera, a solo 400 metros de la cascada.



Cascada del río Barosa (Pontevedra)



En mi recorrido por las cascadas más bonitas de España, la del río Barosa, en Galicia, ocupa un lugar especial. Situada en el Parque Natural Río Barosa, esta cascada es un espectáculo de la naturaleza que combina belleza e historia.
A lo largo del río, se encuentran antiguos molinos de piedra que dan testimonio de la actividad humana en la zona. Estos molinos, algunos restaurados, se integran perfectamente en el paisaje, ofreciendo una visión del pasado mientras se disfruta del presente.
Durante mi visita en verano, la zona de las cascadas estaba llena de vida, con personas disfrutando del baño y tomando el sol en un entorno natural espectacular.
La ruta hasta la cascada es sencilla y apta para toda la familia, lo que la convierte en una opción ideal para una escapada de un día. Además, la presencia de áreas recreativas y zonas de baño naturales la hacen perfecta para relajarse y disfrutar de la naturaleza.
Cascadas de Lamiña (Cantabria)



Tuve la suerte de recorrer esta ruta en otoño, y sin duda, es de las más recomendables para disfrutar de los colores y la magia de esa estación. El camino comienza en Barcenillas, una pequeña aldea cántabra en el valle de Cabuérniga, y recorre alrededor de 6,5 km (ida y vuelta) a través del Parque Natural Saja-Besaya. Es una ruta sencilla, ideal para una escapada de medio día y perfecta para familias o senderistas sin mucha experiencia.
No hay mucha señalización, pero el camino está bien definido y, salvo un pequeño tramo con algo de desnivel, es bastante accesible.
La recompensa llega al final, donde se esconden las cascadas de Lamiña, un rincón poco conocido que sorprende por su belleza natural. Las caídas de agua, aunque no muy altas, son encantadoras, y en otoño el caudal es generoso.
Lo mejor es que, a pesar de su espectacularidad, no suele estar masificado, es uno de esos rincones que aún se sienten vírgenes, una pequeña joya escondida.
Cascada del Pozo de las Truchas (Soria)



Si alguna vez has oído hablar del Cañón del río Val, seguro que te han contado historias sobre el Pozo de las Truchas. Este rincón esconde una de las cascadas más bonitas de Soria, perfecta para los amantes del senderismo y la naturaleza. Se encuentra a unos 6 kilómetros desde Ágreda, lo que se traduce en una caminata de unas 2 horas y media (ida y vuelta). La ruta no es especialmente complicada, pero sí ofrece vistas espectaculares a medida que avanzas por el cañón.
Lo que más me sorprendió fue que, tras cruzar arroyos por pasarelas de madera, se llega a un salto de agua escondido al final del Cañón del Val. Es como si la naturaleza hubiera decidido guardarse un tesoro para los más curiosos. El sonido del agua y la frescura del entorno son realmente hipnotizantes.
Cascada del Cinca (Huesca)



La Cascada del Cinca, también conocida como Es Churros de Marmorés, es una de las más impresionantes de España. Situada en el Valle de Pineta, dentro del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, provincia de Huesca, esta maravilla natural ofrece un espectáculo único.
Con una caída principal de aproximadamente 110 metros, la cascada se origina en el glaciar de Marboré, cerca del Monte Perdido. El acceso más común comienza en el aparcamiento del Valle de Pineta, a 1.279 metros de altitud. Desde allí, una ruta de unos 7 km (ida y vuelta) y un desnivel de 500 metros nos lleva hasta la base de la cascada.
El sendero, conocido como Camino de Marboré, atraviesa bosques de hayas y abedules, ofreciendo sombra y frescura durante el ascenso. A medida que ganamos altura, el paisaje se abre, revelando prados alpinos y vistas panorámicas del circo de Pineta. Tras aproximadamente 1 hora y 50 minutos de caminata, alcanzamos los 1.690 metros de altitud, donde la cascada muestra toda su majestuosidad.
El estruendo del agua al caer y la bruma que se forma al impactar en las rocas crean una atmósfera mágica. Es un lugar que invita a la contemplación y al respeto por la naturaleza.
Para quienes deseen una experiencia más completa, es posible continuar la ruta hacia los Llanos de La Larri, una pradera alpina salpicada de pequeñas cascadas y rodeada de picos imponentes.
Puede ser interesante:
Cascadas de Oneta (Asturias)



No hay muchas rutas que me hayan dejado tan marcado como la de las Cascadas de Oneta. Situadas en el concejo de Villayón, occidente asturiano, estos tres saltos de agua forman uno de los conjuntos más espectaculares que podemos encontrar en Asturias. Desde el primer momento en que oí hablar de ellas, supe que tenía que conocerlas. Y no decepcionan.
El sendero es sencillo (ruta de 3,5 km) y perfectamente señalizado, lo cual facilita el recorrido incluso para quienes no son expertos en montaña. Cada salto tiene su propio carácter, y juntos ofrecen un espectáculo digno de ser considerado monumento natural, como efectivamente lo son.
He recorrido otras rutas en Asturias, pero pocas ofrecen esa combinación de belleza, silencio y energía que se respira aquí.
Las recomiendo siempre que alguien me pregunta por lugares auténticos para descubrir en el norte de España. Y siempre digo lo mismo: si buscas naturaleza real, sin artificios, la ruta a las Cascadas de Oneta es una apuesta segura.
Cascadas del río Cifuentes (Guadalajara)



Si hay un pueblo en Guadalajara que te conecta con la naturaleza de forma fascinante, ese es Trillo y sus cascadas del río Cifuentes. En este pueblo, el agua se convierte en protagonista, creando un espectáculo visual y sonoro que se graba en la memoria.
Desde que llegas a Trillo, las señales te llevan hasta el inicio del sendero. Lo mejor es que las cascadas no solo están cerca del pueblo, sino que literalmente lo atraviesan, haciendo que la caminata, un tramo de unos 500 metros, donde el río Cifuentes crea varias cascadas, sea un deleite.
Lo impresionante es que esta ruta es perfecta en cualquier época del año, aunque en primavera y tras lluvias intensas las cascadas muestran su máximo esplendor. La combinación del entorno natural, el aire fresco y el murmullo constante del agua hacen de esta ruta un auténtico regalo para los sentidos.
Nacimiento del río Asón (Cantabria)



Ubicada en el Parque Natural de los Collados del Asón, en el municipio de Soba, la cascada del nacimiento del río Asón es una de las joyas naturales más impresionantes de Cantabria. Con una caída de aproximadamente 70 metros, este salto de agua se forma en el portillo de Asón, donde el río emerge de una cueva en la Peña de Azalagua, creando un espectáculo natural de gran belleza.
El acceso a la cascada es sencillo y apto para todos los públicos. Desde el aparcamiento cercano, un paseo de aproximadamente 500 metros conduce a la base de la cascada, donde se puede sentir la fuerza del agua y disfrutar de la brisa fresca. Contemplar la cascada del nacimiento del río Asón desde lejos ya es bonito, pero lo que realmente impresiona es verla desde su base, donde se aprecia toda su fuerza y majestuosidad.
Además, para los más aventureros, la zona ofrece rutas de senderismo que ascienden por las laderas del valle, proporcionando vistas panorámicas del entorno y la posibilidad de explorar la rica biodiversidad del parque.
Cascada de Sorrosal (Huesca)



Ubicada en el pueblo de Broto, la Cascada de Sorrosal se presenta como una de las cascadas más impresionantes del Pirineo de Huesca. Con una caída de aproximadamente 60 metros, este salto de agua se forma en el barranco del Sorrosal, afluente del río Ara, y se encuentra a escasos 400 metros del centro del pueblo
El acceso a la cascada es sencillo y apto para todos los públicos. Desde el aparcamiento cercano, un paseo de apenas 5 minutos conduce a la base de la cascada, donde se puede sentir la fuerza del agua y disfrutar de la brisa fresca. La cascada de Sorrosal es el lugar perfecto para quienes desean disfrutar de un paraje espectacular sin necesidad de realizar una larga caminata.
Además, para los más aventureros, la zona ofrece una vía ferrata que asciende por las paredes laterales de la cascada, proporcionando una experiencia única de escalada con vistas inigualables. Es importante tener en cuenta que la vía ferrata tiene una dificultad media y requiere de equipo adecuado y experiencia previa.
Caldeiras do Castro (A Coruña)



Salt del Mir (Barcelona)



Ubicada en la comarca de Osona, la cascada del Salt del Mir en Santa Maria de Besora es una joya natural que impresiona por su caída de casi 35 metros de altura. Ya sea que la visites en época de lluvias o en temporada seca, su majestuosidad no pasa desapercibida, con mucha agua o con poca, su caída de casi 35 metros de alto resulta espectacular.
Para llegar a este paraje, puedes iniciar la ruta desde el restaurante La Cabanya del Mir. Desde allí, un sendero bien señalizado te llevará, en aproximadamente 1,5 km (unos 30 minutos a pie), a través de un bosque frondoso y húmedo típico de ribera, hasta la base de la cascada. El camino es accesible y adecuado para familias, aunque es recomendable llevar calzado adecuado, ya que algunas zonas pueden ser resbaladizas.
En el trayecto, encontrarás antiguos molinos harineros en ruinas, integrados en el paisaje y testigos de la historia del lugar. Al llegar al Salt del Mir, podrás disfrutar de un entorno natural impresionante, con la posibilidad de acercarte a la base de la cascada y, si el caudal lo permite, incluso refrescarte en sus aguas.
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